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¿COMUNICACIÓN DE TRIPLE HÉLICE?

 

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Por Javier Carlo

javier
Foto de: Alberto Uc.

 

El modelo de Triple Hélice de Henry Etzkwotiz[1], en el que la academia, la industria y el estado colaboran para impulsar el crecimiento de las naciones, ha tomado fuerza desde la década de los 90 –sobre todo en países con alto índice de desarrollo– y ha dejado sentir su impacto en la resolución de problemáticas a nivel de las regiones económicas o bien, a escala mundial.

Así, los investigadores universitarios se convierten en empresarios de sus propias tecnologías, los empresarios dan cabida a los investigadores en sus proyectos y generan nuevas oportunidades de negocio, y las instituciones de gobierno establecen un marco regulador adecuado para activar la innovación y gestar un entorno de crecimiento. La interacción de estos 3 actores –en consecuencia– habría de producir un tipo de conocimiento integrado y apalancar aquellas ventajas competitivas que beneficien a un país, sino a una región por completo.

La alineación de objetivos por parte de la academia, la industria y el estado supone claras cualidades: un mejor conocimiento de las necesidades de las empresas por parte de las universidades, por ende, la integración de estos escenarios y saberes empresariales a los planes de estudio, y –en efecto– una toma de decisiones más asertiva, al implementar políticas donde el involucramiento de estos 3 sectores sea evidente.

Del lado opuesto, hay baches a sortear tales como la resistencia a la colaboración, el exceso de burocracia o una disparidad en la visión que se persigue, incluso, un mal entendimiento del modelo de Triple Hélice de parte de cualquiera de los actores, ya sean investigadores, empresarios o autoridades.

México no es ajeno a esta dinámica y aunque recibe la atención y el apoyo de sus aliados económicos en el desarrollo de proyectos que se ubican en la región norte, el altiplano central o la península de Yucatán (por señalar algunos), aún no logra el grado de colaboración necesario entre estos 3 actores para alcanzar los objetivos que se plantea en términos de innovación, sustentabilidad y no menos importante, competitividad.

Si a nivel de las grandes industrias mexicanas el modelo es poco consistente y algunos factores que obstruyen la colaboración son la desvinculación de los actores, la indiferencia del gobierno y una imagen poco confiable de los organismos públicos, ¿existe –entonces– la viabilidad de que las industrias especializadas adopten la Triple Hélice y eleven su nivel de competitividad?, ¿aún cuando no suelan representar ‘aparentemente’ una prioridad para el país?

En el caso de la industria de la comunicación, donde los grandes grupos de poder son obvios, no sólo no existe una conciencia clara acerca de este modelo, sino que no se vislumbra su implementación en el corto plazo. Por un lado, las universidades difícilmente ven a las empresas de comunicación como un área de desarrollo nacional; por el otro, las empresas de comunicación siguen replicando un modelo de operación clásico y basan el éxito del negocio y sus relaciones en la rivalidad.

Aunado a ello, el gobierno desconoce –por mucho– el potencial que tiene esta industria como generadora de una ventaja competitiva única, en tanto que es reconocida por su historia y su cualidad como agente de cambio en Iberoamerica; pero que ya ni la propia industria ‘parece reconocer’.

¿Acaso esta situación nos indica que en México proyectos como el fortalecimiento de una plataforma digital, el incremento en la calidad de los contenidos y la creación y el posicionamiento de nuevos productos audiovisuales en la escena global, que podrían colocarnos como líderes mundiales, simplemente no tienen cabida? ¿O al menos, no por ahora?

Esta ocasión,  sinceramente, no quisiera ser yo quien esboce una respuesta.

 

[1] Teórico de empresa y Profesor de la Universidad de Stanford, EU.

 


Javier Carlo

Maestro en Comunicación por parte de la Universidad Internacional de Andalucía (UIA), España, y Licenciado en Ciencias de la Comunicación egresado del Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey (ITESM), México. Actualmente, cursa la Maestría en Administración de Tecnologías de Información, en la Universidad Virtual del ITESM.

Su experiencia profesional abarca el desarrollo de programas educativos a nivel superior y la impartición de cátedra; así como el marketing para medios y el desarrollo de proyectos audiovisuales.


A la fecha, es profesor del departamento de Comunicación y Arte Digital del Tecnológico de Monterrey, Campus Estado de México, y profesor de la Universidad Motolinía del Pedregal.

 

Contacto:
jcarlomena@gmail.com
Facebook: Javier Carlo
Twitter: javocarlo

 


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